Medio millón de españoles que desconoce que sufre glaucoma y no revisa su visión puede desarrollar baja visión e incluso ceguera
Alrededor de 9 de cada 10 casos de ceguera podrían ser evitables mediante revisiones periódicas en las que se detecte el glaucoma de forma temprana. Esta enfermedad, conocida como ‘síndrome del ladrón silente’, constituye la segunda causa de la pérdida de visión después de las cataratas y afecta a más de un millón de personas en España.
Con motivo del Día Mundial del Glaucoma, el Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas (CGCOO) advierte que medio millón de españoles que padece glaucoma y lo desconoce puede llegar a sufrir baja visión o, en casos más graves, ceguera, si no acude con regularidad a un establecimiento sanitario de óptica para someterse a una revisión visual que permita detectar y tratar a tiempo esta patología. Conocida como el ‘mal silencioso’, esta enfermedad afecta a más de un millón de personas en España y es la segunda causa de la pérdida de visión en el mundo después de las cataratas.
El glaucoma es una lesión irreversible del nervio óptico, cuyo signo más relevante es un elevado índice de la presión intraocular que causa una pérdida progresiva de la visión del afectado, carencia que normalmente comienza por la periferia del campo visual.
En la mayoría de los casos, “el paciente no experimenta ninguna molestia ni síntoma hasta que se produce una pérdida de visión permanente e irreversible”, explica el presidente del CGCOO, Juan Carlos Martínez Moral, que insiste en la importancia del diagnóstico precoz y el tratamiento de la afección en los estadios iniciales. De hecho, con un examen temprano para identificar el glaucoma, “los casos de ceguera se podrían evitar en un 95%”, añade.
La población mayor de 45 años, más proclive a desarrollar glaucoma
Aunque esta afección ocular puede aparecer a cualquier edad, algunos grupos de pacientes son más proclives a desarrollarla en uno o ambos ojos, como es el caso de las personas mayores de 45 años, que tienen que acudir a comprobar su presión intraocular al menos una vez al año en cualquier establecimiento sanitario de óptica. El proceso de detección consiste en una exploración de fondo de ojo, una medida de la presión intraocular y una campimetría, esto es, un examen médico que se utiliza para valorar las alteraciones del campo visual.
La enfermedad guarda una estrecha relación con el envejecimiento (la prevalencia a partir de los 40 años es del 2% y de un 4% a los 70), en la que influyen factores genéticos y ambientales, y donde el único agente de riesgo modificable es la presión intraocular. Sin embargo, también personas con antecedentes familiares de glaucoma, pacientes con una presión intraocular alta o con una miopía elevada (mayor de 5 dioptrías) son un grupo vulnerable, sobre todo los últimos, ya que el nervio óptico de los ojos miopes es más susceptible a la lesión que el de los no miopes.
Por otro lado, aquellas personas medicadas con corticoides o que hayan sufrido un golpe o traumatismo en el ojo también son más propensas a sufrir esta enfermedad silenciosa junto con los diabéticos. En este último caso, se debe al aumento de los niveles de glucosa en sangre, que puede provocar graves daños en la retina.
El glaucoma en el mundo
Según las cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), existen más de 64 millones de personas en el mundo afectadas por el glaucoma y, debido al incremento de la esperanza de vida de la sociedad, se estima que en 2040 padecerán esta patología visual 110 millones de personas.
Como causas del aumento del número de personas con deficiencia visual, el informe más reciente de la OMS señala el envejecimiento de la población, los cambios en los estilos de vida y el acceso limitado a la atención optométrica, en particular en los países de ingresos bajos y medios.