De niños, las madres solían advertirnos de que íbamos a quedarnos ciegos de tanto leer por la noche. Aunque no ciegos, muchos hemos acabado pagando con una miopía de caballo el buen hábito de la lectura. Lejos de mejorar, parece que el problema ha ido a peor para las nuevas generaciones, enganchadas a unos teléfonos móviles cuyas pantallas son mucho más dañinas para los ojos que los libros.
En China, la miopía está tan extendida entre los jóvenes que los colegios ya están tomando medidas. Con unos índices que llegan al 80 por ciento entre los universitarios, los profesores se han propuesto combatir el uso del móvil con fines lectivos para velar por la vista de sus estudiantes.
Según informa la agencia de noticias Xinhua, la provincia costera de Zhejiang planea limitar los deberes a través de aplicaciones de móviles y tabletas electrónicas. El objetivo es que no más del 30 por ciento de las tareas de Primaria y Secundaria se hagan con dichos dispositivos, cada día más usados en las escuelas. Así se pretende reducir la miopía infantil y juvenil un 0,5 por ciento anual hasta 2023, para que no afecte a más del 38 por ciento de los estudiantes de Primaria ni a más del 60 por ciento de los alumnos de instituto. En la universidad, las autoridades persiguen bajar su incidencia hasta no más del 70 por ciento.
Respondiendo a una propuesta de sus consejeros políticos, el Ministerio de Educación chino también va a prohibir a los profesores que manden deberes a sus alumnos a través de las aplicaciones WeChat o QQ, muy populares en este país. Vetando también esta forma de comunicación con los padres, el régimen de Pekín pretende recuperar la enseñanza a la vieja usanza: con tareas hechas a mano y tutorías cara a cara con los padres. En principio, los niños de los dos primeros cursos no deberían hacer sus tareas con aplicaciones de dispositivos móviles. Pero no parece probable que los colegios chinos puedan desterrar los móviles y tablets de las aulas porque cada vez se utilizan más en la enseñanza. Un claro ejemplo son las aplicaciones para aprender inglés, que tienen mucho éxito en China porque permiten escuchar las palabras estudiadas tantas veces como el alumno quiera. Aunque las cifras sobre la miopía son especialmente altas en Asia, sobre todo en Singapur con una incidencia del 80 por ciento, el problema es global. Y además empieza cada vez antes, ya que los padres suelen dejarles sus móviles a sus bebés para que así se entretengan y no armen jaleo. Cuando crecen, los niños están tan acostumbrados a los móviles que no se despegan de sus pantallas ni en el colegio. En Francia, donde el 90 por ciento de los estudiantes entre 12 y 17 años tiene móvil, el Parlamento prohibió el año pasado su uso dentro de los colegios hasta los 15 años. En lugar de con un pan bajo el brazo, parece que los niños nacen ahora con un móvil en las manos.
China es el país más afectado por la miopía. Al entrar en la universidad, 9 de cada 10 estudiantes sufren esta discapacidad visual, una cifra que duplica la de Estados Unidos y Europa. Pero el dato más preocupante no es éste, sino que el 20% padece miopía magna, es decir, de más de ocho dioptrías. Una afección que, si no se toman las medidas adecuadas, puede derivar en problemas graves como desprendimiento de retina, glaucoma, o ceguera irreversible.
La razón principal de estas escalofriantes estadísticas es la presión que sufren los niños por la obtención de buenas calificaciones y que les impide pasar tiempo al aire libre y con luz natural. Los adolescentes de Shangai dedican alrededor de 14 horas semanales al estudio, frente a las 5 que invierten en Gran Bretaña o 6 en EE.UU. Además, hay que sumar el uso abusivo de tablets y teléfonos móviles a edades muy tempranas y durante demasiadas horas al día. Este hábito de vida tan extendido en los últimos años desde la infancia favorece la continua deformación del ojo.
A China le sigue Corea del Sur, concretamente, su capital Seúl, donde el número de miopes de 20 años o menores ya asciende al 96%. Japón y Taiwán alcanzan niveles superiores al 85% y Singapur se sitúa en un 82%. En Europa, aunque las cifras se alejan de la realidad que vive Asia, el número de miopes va en aumento. Según un estudio realizado por el King’s College of London publicado en la revista Ophthalmology, una cuarta parte de la población europea es miope, siendo los jóvenes entre 25 y 29 años los más afectados.
¿Cómo de miopes somos en España?
En España, comienza a hablarse de la miopía como la nueva pandemia que afecta ya a, aproximadamente, el 30% de la población. A los factores genéticos hay que sumarle otros factores ambientales que han provocado que el número de miopes vaya en aumento.
En lo referente al número de miopes en edad universitaria, el último estudio con datos sobre la prevalencia de la miopía en España indica que las cifras están alcanzando límites preocupantes. 6 de 10 jóvenes universitarios entre 17 y 27 años son miopes. Las mujeres son más miopes que los hombres y sólo uno de cada cuatro tiene una buena visión.
Según el estudio sobre la Prevalencia de la Miopía de los Jóvenes en España, 7 de cada 10 dedica menos de una hora al día a realizar actividades al aire libre. Además, el 46,2% de las mujeres y el 33,7 % de los hombres ni siquiera practica algún deporte de exterior. A pesar de que las mujeres están más preocupadas por su salud visual que los hombres, son más miopes.
Otro de los datos que se extraen de este estudio es que la generación de los ya conocidos como nativos digitales, nacidos a partir del 2000, también conocidos como Generación Z es la más miope y la que tienen mayor probabilidad de tener problemas visuales en el futuro. Cerca de la mitad de los jóvenes universitarios han tenido su primer móvil entre los 6 y 12 años y 5 de cada 10 lo utiliza entre 4 y 8 horas al día. Para los nativos digitales, el aumento de la miopía ha ido mucho más rápido, concretamente, con un incremento aproximado de 0,75 dioptrías al año.
¿Cómo prevenir la miopía?
PASAR TIEMPO AL AIRE LIBRE. Animar a los niños a jugar en el exterior y pasar al menos una hora al día realizando una actividad al aire libre puede ayudar a reducir el riesgo de tener miopía o a que ésta progrese a un ritmo mucho más lento. De hecho, según un informe de la Universidad de Cambridge, cada hora extra que un niño está disfrutando de una actividad al aire libre a la semana, reduce un 2% las probabilidades de padecer este trastorno visual. Enfocar la visión en objetos de larga distancia ayuda a disminuir el riesgo de sufrir miopía. Incorporar este hábito a la rutina diaria, significa llegar a la edad universitaria con una visión más saludable.
Por otro lado, la luz solar estimula la producción de dopamina, un neurotransmisor que bloquea el alargamiento del ojo durante su desarrollo. La dopamina aumenta durante el día y le indica al ojo cambiar de una visión firme durante la noche a una visión en forma de cono durante el día. Cuando se pasa demasiado tiempo bajo una iluminación tenue, es decir, la luz de interior, este ciclo se interrumpe, y sólo se produce un crecimiento de forma irregular.
CONTROL DE LA MIOPÍA: ORTO K (Ortoqueratología). La Orto K u Ortoqueratología permite el uso de unas lentillas especiales durante la noche para poder disfrutar de buena visión durante todo el día. Según Joan Pérez Corral, vicepresidente de la Academia Europea de Ortoqueratología, esta técnica preventiva consigue frenar el crecimiento de la miopía hasta en un 40%, gracias a la forma en la que las lentillas enfocan la luz en la retina.
La Ortoqueratología es una de las soluciones para tratar la miopía en los menores de 10 años. Es en esta etapa cuando se produce mayor evolución por lo que es importante mantener las dioptrías por debajo de cinco para evitar problemas mayores cuando se llegue a la edad universitaria.
OTROS HÁBITOS PREVENTIVOS. Además de no abusar de las horas frente al televisor y las pantallas digitales, existen otros hábitos preventivos que te pueden ayudar a cuidar de tu salud visual.
- No estudiar, leer, ni pasar más de dos horas seguidas frente al ordenador y hacer descansos de al menos 10 minutos cada hora.
- Distancia adecuada. Siempre hay que dejar una distancia prudente entre el ojo y el papel, el libro o lo que estemos utilizando. Los expertos aseguran que esta distancia debe ser de entre 35 y 40 centímetros y de mínimo 50 cuando se trata de un portátil.
- Postura correcta. Es importante evitar que el ojo esté más abierto y la superficie corneal más expuesta, además de para cuidar de la visión, también para evitar problemas en otras zonas como la espalda o el cuello. El material de lectura debe estar por debajo de la línea visual para proteger a la córnea de la agresión de agentes externos.
- La importancia de la luz. Cuando vayas a realizar una actividad que requiera visión de cerca, es importante que la luz venga desde arriba, evitar que produzca reflejos y que sea una luz fría, neutra y de calidad.
La falta de conocimiento sobre los problemas que puede traer consigo la miopía hace necesario que se trate de manera preventiva. De igual manera que llevamos a los niños al dentista al menos una vez al año, debemos hacer lo mismo con el oftalmólogo. No es posible que un niño de 6 u 8 años nunca haya visitado una consulta oftalmológica. Fomentar estos hábitos durante la infancia es adquirir rutinas que facilitarán una visión más saludable. Revisar tus ojos periódicamente al menos una vez al año o la de tus hijos, es fundamental para evitar problemas de visión en el futuro. El cuidado de la salud visual es la mejor fórmula para prevenir casos de miopía graves que pueden derivar en patologías irreversibles.