Una nueva investigación de Fight for Sight ha puesto de relieve el incorrecto comportamiento existente entre los usuarios de lentes de contacto.
La encuesta encontró que el 56% de los encuestados admitieron usar sus lentes durante más de 12 horas al día, el 54% nadó o se duchó con sus lentes de contacto y el 47% dijo que había dormido con ellas sin ser lentes de contacto específicas para ello. Más del 15% de los encuestados admitieron introducirse sus lentes de contacto en la boca para limpiarlas, mientras que sólo el 27% de los encuestados sabía que usar lentes de contacto lavadas en agua del grifo puede ser amenazante para la salud ocular. Cerca de la mitad de los encuestados dijo que la información sobre la utilización de las lentes de contacto y el agua del grifo, que aparece en el embalaje e instrucciones de las lentes de contacto no era clara.
Los resultados de la encuesta se presentan en medio de un aumento de la incidencia de un tipo de infección ocular potencialmente devastadora, la queratitis por acanthamoeba, que está directamente relacionada con la exposición al agua de lentes de contacto.
Neil Ebenezer, director de investigación, política e innovación de Fight for Sight, destacó que la falta de conciencia en torno al uso correcto de lentes de contacto es preocupante. “Los fabricantes de lentes de contacto también deben hacer su parte haciendo que el mensaje ‘sin agua’ sea más claro en todos los envases de lentes de contacto y literatura que lo acompaña. Este mensaje debe ser enfatizado por los profesionales del cuidado ocular para asegurar que los pacientes sigan este importante consejo”. “Que, si bien la queratitis por acanthamoeba es poco frecuente, los resultados de la encuesta refuerzan la importancia de promover la higiene de las lentes de contacto”.
“Aconsejamos a los usuarios de lentes de contacto que nunca usen agua del grifo para limpiar sus lentes ni ducharse, nadar o bañarse en saunas con ellas, ya que esto puede incrementar el riesgo a padecer una infección. Las lentes de contacto no deben intercambiarse ni compartirse, y es importante tener citas regulares con el optometrista, para comprobar la salud de los ojos y asegurarse de que la lente sigue funcionando para usted”, subrayó el especialista. “También es importante tener en cuenta que hay productos no regulados por ahí, incluso falsificaciones de lentes de contacto y soluciones de mantenimiento que son de fácil acceso por internet o de proveedores sin licencia que deben evitarse. Sus lentes siempre deben comprarse a través de establecimientos sanitarios y revisarse por un optometrista para asegurarse de que está equipado con un producto de alta calidad, que se adapte mejor a sus necesidades y mantiene intacta la integridad ocular”.