Nuestro colegio profesional, el CNOO (Colegio Nacional de Ópticos Optometristas) como institución, y cualquier Optometrista bien formado y cualificado, tienen el compromiso ante la sociedad de vigilar, detectar y alertar a la población respecto a iniciativas, tratamientos y actividades que puedan crear falsas expectativas entre los usuarios y provocar negligencias que afecten a la salud visual. Nuestro compromiso público es mantener una actitud beligerante respecto a aquellos que inducen a error a otros profesionales y especialmente a la población general. Alertando del peligro que podría suponer para la ciudadanía recibir informaciones y propuestas de tratamiento que no estén suficientemente fundamentadas y carezcan de un mínimo de evidencia y rigor científico.
Los defectos de la visión son altamente prevalentes en la población en general. La compensación convencional de estos se hace a través del uso de gafas, lentillas o en ocasiones cirugía refractiva ocular. Sin embargo, cuando un problema afecta a gran parte de la población no falta quien promete su solución definitiva sin esfuerzo alguno mediante la realización de terapias o procedimientos milagrosos.
Estas soluciones milagrosas carecen de base científica y no existe ningún estudio riguroso que evidencie su utilidad, siendo su argumento de venta precisamente la promesa de liberarse de las gafas y/o curar distintas enfermedades o alteraciones visuales. Periódicamente, resurgen “tratamientos milagro” como por ejemplo el método Bates, basado en el palmeo de los ojos y la mirada directa al sol que se ha demostrado no solamente ineficaz, sino incluso peligroso para la salud visual de las personas. Otros métodos, como el yoga, el reiki ocular y el mindfulness prometen que, mediante la relajación y la autoconciencia, la visión mejora y se podrá prescindir de gafas y lentillas. Algunos procesos se basan en estimulaciones magnética (con imanes), auditiva (con sonidos) o fototerapia (con luces de colores) y se indican como cura de un sinfín de dolencias oculares y generales, sin embargo, tampoco se han demostrado eficaces y son potencialmente peligrosos en determinados cuadros clínicos generales. Especial atención merece la proliferación de las gafas multiestenopeicas, que son gafas con microagujeros que concentran la luz y permiten mejorar la visión a costa de sacrificar o deteriorar capacidades visuales tan importantes para la vida diaria y la seguridad como el campo visual útil, la visión tridimensional, la función de la pupila, la capacidad de enfoque o la luminosidad de las imágenes, afectando al funcionamiento normal de zonas retinianas.
Algunas de estas técnicas además de afirmar que mejoran la visión, proclaman su utilidad para curar enfermedades de los ojos. Este aspecto es especialmente peligroso ya que, no solamente no tienen capacidad terapéutica, sino que puede provocar nuevas enfermedades, algunas de ellas incurables o enmascarar un diagnóstico e impedir o demorar un tratamiento oftalmológico adecuado.
Un mensaje erróneo o confuso puede hacer que las personas que asistan a algunas pretendidas «formaciones» lleguen a conclusiones que les puedan situar, bien por acción o por omisión, en una situación de riesgo para su salud visual. Para el CNOO y para cualquier Optometrista cualificado, nada podría haber más lejos del concepto de la ética que aconsejar a las personas con alteraciones visuales, propuestas terapéuticas sin base científica o que puedan provocar el abandono de tratamientos científicamente prescritos o que induzcan a falsas esperanzas.
Cualquier duda que te surja sobre la aplicación de algún método, puedes dirigirte a mí para que te indique el nivel de evidencia científica de dicha técnica y así poder asesorarte de tus dudas e incertidumbres.