La incidencia de la miopía se ha triplicado en los últimos 60 años, se estima que en el año 2050 un 50% de la población será miope. Además del impacto óptico de la miopía en la visión y los costes asociados a su corrección, la miopía es un factor de riesgo de enfermedad ocular.
La miopía incrementa de una forma exponencial el riesgo de padecer patologías oculares, que incluyen glaucoma, cataratas, alteraciones maculares y desprendimiento de retina. En términos de riesgo en general, incluso bajos grados de miopía influyen tanto en la salud ocular como la hipertensión y fumar lo hacen en la salud cardiovascular en general. Es por ello que disponer de una medida para el control de la progresión de la miopía tendría un gran impacto en la salud visual de la población en general.
Las causas de la miopía no se conocen en profundidad, aunque hoy sabemos que en su desarrollo y progresión participan tanto factores genéticos como ambientales. En particular, la baja exposición a la luz natural parece ser un factor desencadenante; la hipótesis de que la luz solar estimula la liberación de dopamina en la retina, un neurotransmisor que tiene un papel muy importante en la forma del globo ocular durante su desarrollo temprano, gana cada vez más fuerza. A su vez, la teoría del desenfoque periférico sigue estando muy presente en los tratamientos de control de miopía de hoy en día.
Los tratamientos usados en la actualidad para el control de la miopía comprenden uno o combinaciones de los siguientes:
- Lentes de contacto de desenfoque periférico. Diversos estudios han demostrado reducir la progresión de la miopía en niños un 59% de media con lentes de contacto de desenfoque periférico.
- Ortoqueratología. El modelado corneal nocturno mediante lentes de contacto especiales también ha mostrado tener una eficacia cercana al 70% para el control de la progresión de la miopía.
- Colirio con atropina 0.01%. Ha demostrado que frena el avance de la miopía en un 50 % en niños de entre 6 y 12 años. Además el empleo de una concentración mucho más baja que las estudiadas anteriormente, minimiza los efectos secundarios ya conocidos de esta medicación, como la fotofobia y la disminución de la acomodación.